Palomas.

Este cartelito no solamente es verídico sino que además es cierto: se halla en un parque situado en el mismo centro de Bournemouth. Yo personalmente no he podido verlo in situ de momento, pero me lo ha mandado por correo alguien que estuvo por aquí. Tan pronto como me sea posible iré a verificarlo, de todas maneras, para así poder dar fe. He de advertir que las palomas inglesas tienen un par de huevos: mientras que las palomas ibéricas huyen despavoridas en cuanto te acercas a menos de 50 metros de ellas, las inglesas picotean impertérritas mientras los seres humanos caminan a su lado. Mucho cuidado con ellas, pues.

Dejando a un lado esta curiosidad, tengo que pedir disculpas por teneros de nuevo abandonados, pero estoy atravesando otro periodo de pereza redactora. Es lo que tiene la falta de capacidad de síntesis.

Aprovecho también para dar a conocer la noticia que muchos de vosotros ya conocéis: me vuelvo. En tres semanas mi aventura británica habrá concluido, por lo que me tendréis de nuevo por allí dando la brasa. En cualquier caso, espero ser capaz de reunir los ánimos necesarios para contaros alguna cosa antes de marcharme. En caso contrario, siempre queda la posibilidad de recordar alguna cosilla desde casa.