domingo, julio 31, 2005

Mi primer mensaje publicado queda obsoleto.

Pues sí. Hace unos cuantos días que os relaté las dificultades que habían postergado mi marcha probablemente hasta después del verano. Sin embargo, la posibilidad que comenté de partir el 7 de agosto ha fructificado, por lo que el próximo domingo estaré en Bournemouth.

Lamentablemente no estaré aquí en las fechas en las que algunos amigos vendrán a Málaga, principalmente coincidiendo con la Feria; me perderé la quedada forera en dichas fechas que tanto juego dio el año pasado; no podré asistir al concierto de O´funk´illo que, según me han dicho, van a repetir este año; me habré de conformar con seguir las evoluciones de la temporada baloncestística a través de la red (aunque haré todo lo posible por no perderme la Copa); auguro bastantes dificultades para practicar esa divertida actividad consistente en hacer pasar la pelotita por el aro (aunque la frecuencia con la que este acontecimiento sucede partiendo ésta de mis manos es menor de la que desearía).

Pero, qué carajo, allí -espero- no hay reggaeton.

sábado, julio 23, 2005

Mi marcha al extranjero: no tan inminente como pensaba.

Si estáis leyendo estas líneas, lo más probable es que no sea necesario que os aclare que llevo bastante tiempo planeando irme a vivir al extranjero por unos meses, pero siempre es bueno recordarlo por si acaso. De hecho, mi intención era inaugurar este blog, con los comentarios previos a mi marcha que, como ya sabréis, iba a producirse este domingo día 24 de julio. Sin embargo, lo que habría de ser un texto que plasmara mis sensaciones a pocas horas de subirme al avión –no en el sentido sapopesco del término, o eso espero– ha pasado a convertirse forzosamente en una rectificación al correo electrónico masivo en el que os ponía al corriente de mis planes; unos planes que ya parecían definitivos.

Para irse a vivir fuera, uno tiene dos opciones: hacerlo por libre o contactando con una agencia que te gestione el trabajo y el alojamiento. Yo, como buen McFly (gallina, para los no iniciados en regresoalfuturismo), opté por la segunda. ¿Razones? Bueno, digamos que la idea de pasarme unos cuantos días buscando trabajo y un lugar en el que caerme muerto, viendo cómo se me iba acabando el dinero, temiendo la posibilidad de tener que volver prematuramente, etc., no me atraía demasiado. Especialmente probable se me antojaba esta oscura posibilidad si tenemos en cuenta que mi colchón económico no está demasiado mullido y que, por unas cosas y por otras (aunque la razón principal es que, como se dice vulgarmente, estoy "empanao") nos habíamos acercado peligrosamente a esas épocas estivales en las que Inglaterra se infesta de estudiantes extranjeros, lo que dificulta notablemente la tarea de encontrar un trabajo

Así pues, tras bastantes días de papeleo, en la agencia me dijeron que había una plaza vacante para el día 17 de julio. Pese a que me aseguraron que no habría ningún problema y que esa plaza era para mí con total seguridad (se lo pregunté expresamente, más que nada para saber a qué atenerme en las semanas que me quedaban, que eran bastantes, por cierto), me sugirieron que no comprase el billete de avión todavía y que esperase a que me llamasen ellos dándome la confirmación oficial. Pero como mero formalismo, o esa sensación me dio a mí.

Pasó el tiempo y no me decían nada con seguridad. Hablé con ellos por teléfono en múltiples ocasiones y, aunque cada vez parecía estar todo más claro, seguían diciéndome que no hiciera nada hasta que ellos me lo dijeran. De hecho, hubo algún cambio en lo que me iban proponiendo: en principio, el contrato y la duración del curso que me ofrecían era de 3 meses, pasando después a poder garantizarme sólo 6 semanas; como he dicho, mi fecha de llegada iba a ser el 17 de julio, hasta que me dijeron que el comienzo de mi estancia se retrasaría una semana más; decían que me destinarían a trabajar en un hotel, cuando finalmente la vacante correspondía a una cafetería de un centro comercial.

Al final, todas esas advertencias de que no hiciera nada hasta que me lo dijeran eran más acertadas que cuando me decían que no me tenía que preocupar, que la plaza era mía. Resultó que estuve hablando con una persona del sitio al que iba a trabajar que acabó por darme calabazas. Arguyó que mi falta de experiencia en un trabajo tan "busy" y tan "stressful" como el que tendría que desempeñar allí le hacía dudar acerca de mi competencia en el mismo. Además, según me dijeron después los de la agencia de aquí, no les transmitió demasiada confianza mi nivel de inglés, que esperaban que fuese más alto. Lo cierto es que no estuve nada fino en la entrevista, sobre todo en el aspecto receptivo. En cierta ocasión, hace bastante tiempo, me comentaron que lo más difícil de un idioma es hablarlo –entenderlo– por teléfono; y que, una vez eres capaz de hacerlo con soltura, ya se puede decir que dominas ese idioma. Suscribo dichas palabras. Aunque las destrezas receptivas son en las que más flojeo (cuando veo películas en VOS tengo algún problemilla si no leo los subtítulos, soy bastante malo entendiendo canciones, etc.), lo cierto es que no suele plantearme demasiadas dificultades entender a mi interlocutor en una conversación en la que estoy implicado. Sin embargo, a través del hilo telefónico, resulta bastante más complicado de lo que preveía, y tuve que pedir que me repitieran las cosas con mayor asiduidad de la recomendable.

¿Cómo está la situación en estos momentos? Pues, de momento, con bastante incertidumbre. Cuando se confirmó el contratiempo, y teniendo en cuenta que, según me habían dicho, la posibilidad de encontrarme acomodo en estas fechas era bastante remota, se me planteaban dos opciones: a) ir allí por mi cuenta; b) buscar un trabajillo por aquí para este verano y esperar hasta septiembre u octubre. La primera opción quedaba casi descartada por las razones que comenté al principio: encontrar trabajo y un sitio donde vivir en verano puede ser un poco difícil y requerir más tiempo del que me permitiría sobrevivir el dinero que tengo. Por lo tanto, cobraba bastante fuerza la segunda opción, ya que ésta me permitiría aguardar a que la agencia me pudiera encontrar algo en otras fechas y tener algo más de dinero por si decidiera ir a la aventura.

No obstante, volví a hablar con la gente de la agencia y me dijeron que podría haber un sitio para mí el día 7 de agosto en la misma ciudad a la que iba en un principio: Bournemouth. Asimismo, me preguntaron si me interesaría ir a Dublín en lugar de a Inglaterra. Así que, como diría aquel Papá Noël que anunciaba el Compas Dic de Gomaespuma, así está el tema: mi exilio podría comenzar el día 7 de agosto en Bournemouth, como estaba previsto; podría, por el contrario, ir a Irlanda en su lugar, aunque no tengo ni idea de cuándo; o, en el peor de los casos, no es descartable que deba esperar un par de meses.

En cualquier caso, os tendré puntualmente informados, para que sepáis cuándo podéis comenzar a celebrar que me perdéis de vista por largo tiempo.